
En este caso todas son sobre un salón de tango tomado de un pedazo de imagen de Gotan.
picamiel



















A Media Voz
la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada
sola casi
en la muerte
casi en el fuego
Así Debe Ser
Así debe ser el rostro de dios
el cielo rabiosamente cruzado
por nubes grises, violetas
y naranjas
y su voz
el mar de abajo
diciendo siempre lo mismo
tan monótono
tan monótono
y el último día
Bodas
Perdidos en la niebla
el colibrí y su amante.
Dos piedras lanzadas
por el deseo
se encuentran en el aire.
La retama está viva,
arde en la niebla, habitada.
Canto Villano
y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato
observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz
o hacerla
hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío
rubens más cebollas
más lágrimas
tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente
emparedada
y el huesos del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato
este hambre propio
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo
es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne
mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea
no hay otro aquí
en este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos
Casa De Cuervos
porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absolvo de mí
laberinto hijo mío
no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel
y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo
tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
sombras y tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra
para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes
ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie
aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa
de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme nada infinita
sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos
porque así es este amor
que nada comprende
y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris
que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo
así este amor
uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver.
Dama De Blanco
el poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada
el sueño el sol
atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire eres el aire
que golpea con invisible sal
mi frente
los extremos del alma se tocan
se cierran se oye girar la tierra
ese ruido sin luz
arena ciega golpeándonos
así será ojos que fueron boca
que decía manos que se abren
y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasar
te ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro
hecha nieve en la fuente
en la tierra en el olvido
y vuelves con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de
invierno
enlutado -
Destiempo
I
Se fue el día,
las escamas
Todo desciende,
la noche es el tedio.
En el desierto, a oscuras,
temerosa
la ostra llora a solas.
Te alejas, negra burbuja sin destino.
Se abren súbitamente mil calles,
arrecifes en llamas retienen tu cuerpo
helado como una lágrima,
nada te hiere,
el coral clava su garra en tu sombra,
tu sangre se desliza,
inunda praderas,
salta de las ventanas
como un rojo sonido
y todo esto no es sino el otoño.
II
El rayo ha perfumado
ferozmente nuestra casa.
Tenemos sed, tenemos prisa
por golpear con el hueso
de una flor en la tiniebla.
Hay un árbol talado en esta historia.
Contemplamos el cielo.
No hay señales.
Es de día
Es de noche
Murió la araña que media el tiempo,
Sólo hay un viejo muro
y una nueva familia
De sombras.
Toda la palidez inexplicable
es el recuerdo.
Travesía de muralla a muralla,
El abismo es el párpado,
Allí naufraga el mundo
Arrasado por una lágrima.
Despierto.
Primera isla de la conciencia:
un árbol.
El temor inventa el vuelo.
El desierto familiar me acoge.
El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.
El tiempo,
la gran puerta entreabierta,
el astro que ciega.
No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.
Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.
Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.
A Lo Mejor Eres Tú Mismo
A lo mejor eres tú mismo el tren que pita y se mete bajo
tierra rumbo al infierno o la estrella de chatarra que te
lleva frente a otro muro lleno de espejos y de gestos,
endiablados gestos sin dueño y tú tras ellos, solo, feliz
propietario de una boca escarlata que muge.
Pega el oído a la tierra que insiste en levantarse y respirar.
Acaríciala
conmoverte, capaz de rechazarte.
Acepta la espera que no siempre hay lugar en el caos.
Acepta la puerta cerrada, el muro cada vez más alto, el
saltito, la imagen que te saca la lengua.
No te trepes sobre los hombros de los fantasmas que es
ridículo caerse de trasero with music in your soul.
A Rose Is A Rose
A ROSE
inmóvil devora luz
se abre obscenamente roja
es la detestable perfección
de lo efímero
infesta la poesía
con su arcaico perfume
Aquella Torturada Nube
V
Aquella torturada nube parecía tan firme,
ambulando,
desgarrando,
chocando con masas de ángeles.
Cóncava,
valva de nieve y
de trajín y música constante,
de arena, de resplandor
y fuga,
desierto etiope
en un tutti de gemidos
y sorpresa.
Tan exacta
sobre el laberinto de la pupila,
color perdido
de vieja misiva,
terrible silencio
de quien ha sacudido el aire
y conoce el vado de los sollozos.
Continuaba,
migradora,
llave
preñada de su propia existencia.
Auvers-sur -oise
Nadie te va a abrir la puerta. Sigue golpeando.
Insiste.
Al otro lado se oye música. No. Es la campanilla
teléfono.
Te equivocas.
Es un ruido de máquinas, un jadeo eléctrico, chirridos,
latigazos.
No. Es música.
No. Alguien llora muy despacio.
No. Es un alarido agudo, una enorme, altísima lengua que
lame el cielo pálido y vacío.
No. Es un incendio.
Todas las riquezas, todas las miserias, todos los hombres,
todas las cosas desaparecen en esa melodía ardiente.
T ú estás solo, al otro lado.
No te quieren dejar entrar.
Busca, rebusca, trepa, chilla. Es inútil.
Sé el gusanito transparente, enroscado, insignificante.
Con tus ojillos mortales dale la vuelta a la manzana, mide
con tu vientre turbio y caliente su inexpugnable
redondez.
Tú, gusanito, gusaboca, gusaoído, dueño de la muerte y
de la vida.
No puedes entrar.
Dicen.
Curriculum Vitae
digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.
Deseos, Piedras, Cielo A Jirones
IV
Deseos, piedras, cielo a jirones,
ni un ave.
Estoy huyendo.
Una nueva montaña,
un río joven, sin ira.
Éste es el mundo que amo.
Quiero un cielo veloz,
la mañana distinta, sin colores,
para poner mis ángeles,
mis calles donde siempre hay humo y sorpresa.
Historia
puedes contarme cualquier cosa
creer no es importante
lo que importa es que al aire mueva tus labios
o que tus labios muevan el aire
que fabules tu historia tu cuerpo
a toda hora sin tregua
sino a una llama
Ejercicios
I
Un poema
me arroja en esta arena
sin más enemigo que yo
yo
y el gran aire de las palabras
II
miente la nube
la luz miente
los ojos
los engañados de siempre
no se cansan de
III
terco azul
ignorancia de estar en la ajena pupila
IV
pienso en alas de fuego en música
pero no
no es eso lo que temo
sino el torvo juicio de la luz
Tal vez en primavera
Tal vez en primavera.
Deja que pase esta sucia estación de hollín y lágrimas
hipócritas.
Hazte fuerte. Guarda miga sobre miga. Haz una
de toda la corrupción y el dolor.
Llegado el tiempo tendrás alas y un rabo fuerte de toro o
de elefante para liquidar todas las dudas, todas las
moscas, todas las desgracias.
Baja del árbol.
Mírate en el agua. Aprende a odiarte
Eres tú. Rudo, pelado, primero en cuatro patas, luego en
dos, después en ninguna.
Arrástrate hasta el muro, escucha la música entre las
piedrecitas.
Llámalas siglos, huesos, cebollas.
Da lo mismo.
Las palabras, los nombres, no tienen importancia.
Escucha la música. Sólo la música
Porque ya no eres un Ángel
Porque ya no eres un ángel sino un hombre solo sobre dos
pies cansados sobre esta tierra que gira y es terriblemente
joven todas las mañanas.
Porque sólo tú sabes que hay música, jadeos, incendios,
máquinas que escupen verdades y mentiras a los cuatro
vientos, vientos que te empujan al otro lado, a tu hueco
en el vacío, a la informe felicidad del ojo ciego, del oído
sordo, de la muda lengua, del muñón angélico.
Porque tú gusano, ave, simio, viajero, lo único que no sabes
es morir ni creer en la muerte, ni aceptar que eres tú
mismo tu vientre turbio y caliente, tu lengua colorada,
tus lágrimas y esa música loca que se escapa de tu oreja
desgarrada.
Juego amoroso
Las manos a la altura del aire
a dos o tres centímetros del vacío
no se mirará nada preciso
la polvareda que pasa
el inesperado cortejo de plumas
arrancadas al vuelo
la nubecilla rosada y tonta
que ya no es
el cierraojos y el ábrelos
en la breve opacidad
de una luz que no se ve
y el sueño pies de goma
y azules y brillantes
las estrellas
rientes
párpado sobre párpado
labio contra labio
piel demorada sobre otra
llagada y reluciente
hogueras
eso haremos a solas
El amor es
IX
El amor es
me devuelve con las manos vacías,
con el tiempo que se enciende de golpe
fuera
Conozco una isla,
mis recuerdos,
y una música futura,
la promesa.
Y voy hacia la muerte que no existe,
que se llama horizonte en mi pecho.
Siempre la eternidad a destiempo.
Último poema de junio
Pienso en esa flor que se enciende en mi cuerpo. La
hermosa, la violenta flor
y hueso. ¿Pétalos? ¿Flores?
Preciosismobienvestido,
muertodehambre, vaderretro.
Se trata simplemente de heridas congénitas y
felizmente mortales.
Luz alta. Bermellón súbito bajo el que despiertas
de pie, caminando a ninguna parte. Pies, absurdas
criaturas sin ojos. No se parecen sino a otros pies.
Y además estas manos y estos dientes, para mostrar-
los estúpidamente sin haber aprendido nada de ellos.
Y encima de todo y todas las cosas, sobre tu propia
cabeza, la aterciopelada corona
brero de fiesta, inglés y alto, listo para saludar lo
invisible.
Rojos, divinos, celestes rojos de mi sangre y de mi
corazón.
nes, cinabrios. Peligrosos, envenenados círculos de
fuego irreconciliable.
¿Adónde te conducen? ¿A la vida o a la muerte?
¿Al único sueño?
La flor de sangre sobre el sombrero de fiesta (inglés
y alto) es una falsa noticia.
Revelación. Soy tu hija, tu agónica niña, flamante
y negra
ojos recién abiertos. Todos míos, todos ciegos, todos
creados en un abrir y cerrar de ojos.
El dolor es una maravillosa cerradura.
Arte negra: mirar sin ser visto a quien nos mira
mirar.
Arte blanca: cerrar los ojos y vernos.
Ver: cerrar los ojos.
Abrir los ojos: dormir.
Facilidades de la noche y de la palabra. Obscenidades
de la luz y
Y así, la flor que fue grande y violenta se deshoja y
el otoño es una torpe caricia que mutila el rostro
más amado.
Fuera, fuera ojos, nariz y boca.
Y en polvo te conviertes y, a veces,
en imprudente y oscuro recuerdo.
Dulce animal, tiernísima bestia que te repliegas en
el olvido para asaltarme siempre. Eres la esfinge
que finge, que sueña en voz alta, que me despierta.
Invierno y fuga
Nieve, labios rojos,
una gota de fuego,
un grito que nadie escucha.
Éste es el día en que llega
la ácida primavera
en que es dulce la herida
de estar vivos.
Alto horno
fulgor de plumas,
adiós que el aire quema
en pleno vuelo.
En aire, tierra y cielo,
en mi, en ti,
en nosotros muere el invierno.
Diamantino estertor,
irritada claridad,
lágrimas que la luz arrebata y fecunda.
Muerte llena de oro.
Todo es posible
en ese activo sueño.
La lección
y todas las puertas cederán
y lo veré todo
y la sorpresa
no quemará mi lengua
y comprenderé entonces el crecimiento de las plantas
y el cambio de pelaje en las pequeñas crías.
Hallaré la señal
y la caída de los astros
me probará la existencia de otros caminos
y que cada movimiento engendra dos criaturas,
una abatida y otra triunfante,
y en cada mirada morirá la apariencia
y desnudo y
te arrojará la fábrica entre nosotros.
Sin fecha
a Kafka
Suficientes razones, suficientes razones para colocar primero
un pie y luego otro.
Bajo ellos, no más grande que ellos ni más pequeña, la
inevitable sombra que se adelanta y voltea la esquina, a tientas.
Suficientes razones, suficientes razones para desandar,
descaer, desvolar.
Suficientes razones para mirar por la ventana.
la mano que cuenta a oscuras los dedos de otra mano.
Poderosas razones para antes y después. Poderosas razones durante.
La hoja de afeitar enmohecida es el límite.
Lasciate ogni speranza voi ch'entrate.
No se retorna de ningún lugar. Y la regla torcida lo confirma
sobre el aire totalmente recto,
Y hay otras.
Palidez, sobresalto, algo de náusea.
Misterioso, obsceno chasquido
La luz a pleno cuerpo,
No se sabe dónde.
Y las demás. ¿Existen?
Infinitas para la duda, evidentes para la sospecha.
Dejarse arrastrar contra la corriente,
Aprender a caminar sobre la viga podrida.
En la punta de los pies. Sobre la propia sombra.
No más grande que ellos ni más pequeña.
Uno, dos, uno, dos, uno, dos, uno.
Uno atrás, otro adelante.
Contra la pared, boca abajo, en un rincón.
Temblando, con un lívido resplandor bajo los pies, no más
grande que ellos ni más pequeño.
Tal vez, tal vez la estancada eternidad que algún
inocente confunde con su propio excremento.
Malolientes razones en la boca
Y a la salida.
A la postre tantas razones
Defenderse del incendio con un hacha.
un hacha, de dios con un hacha.
No habrá testigos.
Se nos ha advertido que el cielo es mudo.
A la más se escribirá, se borrará. Será olvidado.
Y ya no existirán razones suficientes para volver a colocar
un pie y luego el otro.
No obstante, bajo ellos, no más grande que ellos ni más
pequeña, la inevitable sombra se adelantará.
Y volteará la misma esquina. A tientas.
Despierto
VIII
Despierto.
Primera isla de la conciencia:
un árbol.
El temor inventa el vuelo.
El desierto familiar me acoge.
Alguien me observa con indiferencia.
Supuestos
el deseo es un lugar que se abandona
la verdad desaparece con la luz
corre-ve-y-dile
es tan aguda la voz del deseo
que es imposible oírla
es tan callada la voz de la verdad
que es imposible oírla
calor de fuego ido
seno de estuco
vientre de piedra
ojos de agua estancada
eso eres
me arrodillo y en tu nombre
cuento los dedos de mi mano derecha
que te escribe
me aferro a ti
me desgarra tu garfio carnicero
de arriba abajo me abre como a una res
y estos dedos recién contados
te atraviesan en el aire y te tocan
y suenas suenas suenas
gran badajo
en el sagrado vacío de mi cráneo.
Persona
el querido animal
cuyos huesos son un recuerdo
una señal en el aire
jamás tuvo sombra ni lugar
desde la cabeza de un alfiler
pensaba
él era el brillo ínfimo
el grano de tierra sobre el grano
de tierra
el autoeclipse
el querido animal
jamás cesa de pasar
me da la vuelta
Escena final
he dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna a morir
a eternidad es la oscura bisagra que cede
un pequeño ruido en la noche de la carne
soy la isla que avanza sostenida por la muerte
o una ciudad ferozmente cercada por la vida
o tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros
desierto destino
inexorable el sol de los vivos se levanta
reconozco esa puerta
no hay otra
hielo primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.
La muerte se escribe sola
la muerte se escribe sola
una raya negra es una raya blanca
el sol es un agujero en el cielo
la plenitud del ojo
fatigado cabrío
aprender a ver en el doblez
entresaca espulga trilla
estrella casa alga
madre madera mar
se escriben solos
en el hollín de la almohada
trozo de pan en el zaguán
abre la puerta
baja la escalera
el corazón se deshoja
la pobre niña sigue encerrada
en la torre de granizo
el oro el violeta el azul
enrejados
no se borran
no se borran
no se borran .
Palabras para un canto
¿Cómo fue ayer aquí?
Sólo hemos alcanzado estos restos,
el vaso que ilumina con su lejano y obstinado silencio,
el pájaro herido en el esmalte al alcanzar el fruto.
Llegamos con la puntual indiferencia
saltando sobre la desgracia con precisión de atletas.
Hemos dormido bajo las estrellas
hemos perdido el tiempo.
Parcas, Ancon,Chavín de Huantar.
Esas son las palabras
¿Cómo fué ayer aquí?
No hablemos de dolor entre ruinas.
Es más que la palabra,
en el aire de todas las palabras,
el aliento humano hecho golpe en la piedra,
sangre en la tierra,
color en el vacío.
Yace aquí,
entre tumbas sin nombre,
escrito en el harapo deslumbrante,
roja estrella en el fondo
Por el mismo camino
ambulando en el círculo roído por la luz y el tiempo.
¿De qué perdida claridad venimos?
Destiempo
I
Se fue el día,
las escamas
Todo desciende,
la noche es el tedio.
En el desierto, a oscuras,
temerosa
la ostra llora a solas.
Te alejas, negra burbuja sin destino.
Se abren súbitamente mil calles,
arrecifes en llamas
retienen tu cuerpo helado como una lágrima,
nada te hiere,
el coral clava su garra en tu sombra,
tu sangre se desliza, inunda praderas,
salta de las ventanas como un rojo sonido
y todo esto no es sino el otoño.
Estréchame las manos
II
Estréchame las manos,
la única luz que nos queda,
no me dejes olvidada
en la cima de una ola.
Aléjate
Aparten ese frío paisaje de cipreses,
escombren esos náufragos que ocultan el horizonte.
La vida es una noticia conmovedora.
Atravieso el desierto,
la terrible fiesta en
Estoy casi olvidando.
Fuente
Junto al pozo llegué,
mi ojo pequeño y triste
se hizo hondo, interior.
Estuve junto a mí,
llena de mí, ascendente y profunda,
mi
golpeando mi piel,
hundiéndola en el aire,
hasta el fin.
La oscura charca abierta por la luz.
Éramos una sola criatura,
perfecta, ilimitada,
sin extremos para que el amor pudiera asirse.
Sin nidos y sin tierra para el mando.
Lección de anatomÍa
más allá del dolor y del placer la carne
inescrutable
balbuceando su lenguaje de sombras y brumosos
colores
la carne convertida en paisaje
en tierra en tregua en acontecimiento
en pan inesperado y en miel
en orina en leche en abrasadora sospecha
en océano
en animal castigado
en evidencia y en olvido
viendo la carne tan cerrada y distante
me pregunto
qué hace allí la vida simulando
el cabello a veces tan cercano
que extravía alojo en su espesura
las bisagras silenciosas cediendo
lagrimeando tornasol
y esa otra fronda inexplorada
en donde el tacto confunde
el día con la noche
fresca hermosa muerte a la mitad del lecho
donde los miembros mutilados retoñan
mientras la lengua gira como una estrella
flor de carne carnívora
entre los dientes de carbón
ah la voz gangosa entrecortada dulcísima del amor
saciándote saciándose saboreando el ciego bocado
los mondos los frágiles huesecillos del amor
ese fracaso ese hambre
esa tristeza futura
como el cielo de una jaula
la tierra gira
la carne permanece
cambia el paisaje
las horas se deshojan
es el mismo río que se aleja o se acerca
tedioso espejo con la misma gastada luna de yeso
que se esponja hasta llenar el horizonte
con su roñosa palidez
merodean las bestias del amor en esa ruina
florece la gangrena del amor
todavía se agitan las tenazas elásticas
los pliegues insondables laten
reino de ventosas nacaradas
osario de mínimos pájaros
primavera de suaves gusanos agrios
como la bilis materna
más allá del dolor y del placer
la negra estirpe
el rojo prestigio
la mortal victoria de la carne.
Hoguera de silencios
incorpóreo paseo del sol a lo umbrío
agua música en la sombra viviente
atravieso la afilada vagina
que me guía de la ceguera a la luz
bajo la alta cúpula sonora
en este colosal simulacro de nido
toco el vientre marino con mi vientre
registro minuciosamente mi cuerpo
hurgo mis sentimientos
estoy viva
mi cabeza como una gran canasta
lleva su pesca
deja pasar el agua mi cabeza
mi cabeza dentro de otra cabeza
y más adentro aún
la no mía cabeza
mi cabeza llena de agua
de rumores y ruinas
seca sus negras cavidades
bajo un sol semivivo
mi cabeza en el más crudo invierno
dentro de otra cabeza
retoña
hoguera de silencios
crepitar de lamentos
por el camino de la carne
sangre en vilo
se llega al mundo
así alumbra su blanco la tiniebla
así nace la interminable coda
así la mosca desova en el hilo de luz
la tierra gira
el ojo de dios no se detiene
qué haríamos pregunto
sin esta enorme oscuridad
En lo más negro
El agua de tu rostro
en un rincón
el más oscuro
canta
Fantasma.
Terrible a mediodía.
A la altura de los lirios
la muerte sonríe.
Sobre una pequeñísima charca,
ojo de dios,
un insecto flota bocarriba.
La miel silba en su vientre
abierto al dedo
Todo canta a la altura de tu rostro
suspendido
entre la noche y la noche.
Canta el pantano,
no hay distancia,
no hay tiempo.
El verano trae lo perdido,
el mundo es esta calle de fuego
donde todas las rosas
donde los cuerpos se consumen
enlazados para siempre
en lo más negro
En un rincón
bajo una piedra canta el verano.
En lo más negro,
en lo más ciego y blanco,
donde todas las rosas
allí flota tu rostro,
fantasma,
terrible a mediodía.
Una ventana
Vuelvo a contar mis dedos.
(La flor helada, la desconocida cabeza
que me acecha se
descuelga y da voces.)
Yo miro las paredes y sus frutos redondos y veloces,
hago cálculos, sumo piedras, cenizas, nubes
y árboles que persiguen a los hombres
y perlas arrancadas de malignos estanques
o de negros pulmones sepultados
y horriblemente vivos.
La araña que desciende a paso humano me conoce,
dueña es de un rincón de mi rostro,
allá anida, allí canta hinchada y dulce
entre su seda verde y sus racimos.
Afuera, región donde la noche crece,
yo le temo,
donde la noche crece
y cae en gruesas gotas,
en mortales relámpagos.
Afuera, el pesado aliento
la vieja fiebre de alas rojas,
la noche que cae
El rayo ha perfumado ferozmente nuestra casa
II
El rayo ha perfumado ferozmente nuestra casa.
Tenemos sed, tenemos prisa por golpear
con el hueso de una flor en la tiniebla.
Hay un árbol talado en esta historia.
Contemplamos el cielo. No hay señales.
¿Es de día? ¿Es de noche?
Murió la araña que medía el tiempo,
sólo hay un viejo muro y una nueva familia
Malevitch en su ventana
1
ah mon maitre
me has engañado como el sol a sus criaturas
prometiéndome un día eterno todos los días
de lo inexacto me alimento
y toda el agua de los cielos es incapaz de lavar
esta ínfima y rebelde herida de tiempo que soy
polvo rebelde sí
con los cabellos de polvo desordenado
para siempre jamás por un peregrino pensamiento
persigo toda sagrada inexactitud
suave violencia del sueño
palabra escrita palabra borrada
palabra desterrada
voz arrojada del paraíso
catástrofe en el cielo de la página
hinchada de silencios
aquí el ojo comienza a desteñirse
a no ser
y la voz se quiebra inaudita
( alguien ha perdido definitivamente su balsa )
a la deriva sobre el océano
sopla el viento de la indiferencia
por la puerta entreabierta llega la aurora
más silenciosa y pálida que nunca
es el día sobreviviente con su carreta vacía
sigue brillando la lámpara penitente
pero no creo en su luz
ni compro la muerte con nombre de pez
ni es cierto que bajo su escama mortecina
dios nos contempla
2
sí señores
este es otro día inevitable
en que me alimento de lo inexacto
de la monstruosa fruta que aletea
de la huella en el aire
del recuerdo
del azogue perdido en alguna alcantarilla
de lo irrecuperable que se acumula y agiganta
en afiebrados cristales
y cruza el aire como una llama
recién nacida
flamante cuerpo en pugna con el sol
la farsa diaria desaparece tras una mano
que enciende y apaga a voluntad
su propia luz
penitente claridad
arde el oscuro aceite de la conciencia
sobre esta mesa que es todo el mundo
al otro lado de la ventana
alguien ha resuelto el enigma
para entrar en la vida basta un puerta
el otro lado sigue igual
nada que la luz no atraviese y oculte
nada que no sea la antigua y sagrada inexactitud
que golpea maderos bate alas
e incendia gargantas y corazones
3
hoy me despierta
con su delgado resplandor abstracto la esperanza
la oscuridad
se escapa
y alguien vuelve
sí
alguien vuelve desvelado y sin prisa
con un pequeño rectángulo de eternidad entre las manos
Esa frÍa luz de la memoria
Es fría la luz de la memoria
lo apenas entrevisto brilla
con insistencia
gira buscando el casco de botella
o el charco de lluvia
tras cualquier puerta que se abre
está la luna
tan grande y plana
tan fuera de lugar
como si de un cuadro se tratara
óleo sobre papel
endurecido por el tiempo
así cayeron en la mente
formas y colores
casualidades
azar que anuda sombras
vuelcos en la negra marmita
donde a borbotones
se cuecen gozo y espanto
crece el yeso de un cielo
mil veces lastimado
mil veces blanqueado
se borra el mundo y se vuelve
a escribir
hasta el último aliento
sólo esto
eternidad aparente
mísera astilla de luz en
la entraña
del animal
que apenas estuvo
Máscara de algún dios
Frente a mí ese rostro lunar.
Nariz de plata, pájaros en la frente.
¿Pájaros en la frente?
Y luego hay rojo
y todo lo que la tierra olvida.
Humedad con poderes de fuego
floreciendo tras las negras pestañas.
Un rostro en la pared.
Detrás del muro, más allá de toda voluntad,
más lejos todavía que mirar y callar:
¿qué?
¿Siempre hay algo que romper, abolir o temer?
¿Y al otro lado? ¿Al revés?
Vuela la mano, nace la ínea,
vibrante destino, negro destino.
Por un instante la melodía es clara,
parece eterna la tarde,
purísima la sombra
Vuelvo otra vez . Pregunto.
Tal vez ese silencio dice algo,
es una inmensa letra que nos nombra y contiene
en su aire profundo.
Tal vez la muerte detrás de esa sonrisa
sea amor, un gigantesco amor
en cuyo centro ardemos.
Tal vez el otro lado existe
y es también
y todo esto es lo otro
y aquello esto
y somos una forma que cambia con la luz
hasta ser sólo luz, sólo sombra.
Monsieur Monod no sabe cantar
querido mío
te recuerdo como la mejor canción
esa apoteosis de gallos y estrellas que ya no eres
que ya no soy que ya no seremos
y sin embargo muy bien sabemos ambos
que hablo por la boca pintada del silencio
con agonía de mosca
al final del verano
y por todas las puertas mal cerradas
conjurando o llamando ese viento alevoso de la memoria
ese disco rayado antes de usarse
teñido según el humor del tiempo
y sus viejas enfermedades
o de rojo
o de negro
como un rey en desgracia frente al espejo
el día de la víspera
y mañana y pasado y siempre
noche que te precipitas
(así debe decir la canción)
cargada de presagios
perra insaciable ( un peu fort)
madre espléndida (plus doux)
paridora y descalza siempre
para no ser oída por el necio que en ti cree
para mejor aplastar el corazón
del desvelado
que se atreve a oír el arrastrado paso
de la vida
a la muerte
un cuesco de zancudo un torrente de plumas
una tempestad en un vaso de vino
un tango
el orden altera el producto
error del maquinista
podrida técnica seguir viviendo tu historia
al revés como en el cine
un sueño grueso
y misterioso que se adelgaza
the end is the beginning
una lucecita vacilante como la esperanza
color clara de huevo
con olor a pescado y mala leche
oscura boca de lobo que te lleva
de Cluny al Parque Salazar
tapiz rodante tan veloz y tan negro
que ya no sabes
si eres o te haces el vivo
o el muerto
y sí una flor de hierro
como un último bocado torcido y sucio y lento
para mejor devorarte
querido mío
adoro todo lo que no es mío
tú por ejemplo
con tu piel de asno sobre el alma
y esas alas de cera que te regalé
y que jamás te atreviste a usar
no sabes cómo me arrepiento de mis virtudes
ya no sé qué hacer con mi colección de ganzúas
y mentiras
con mi indecencia de niño que debe terminar este cuento
ahora ya es tarde
porque el recuerdo como las canciones
la peor la que quieras la única
no resiste otra página en blanco
y no tiene sentido que yo esté aquí
destruyendo
lo que no existe
querido mío
a pesar de eso
todo sigue igual
el cosquilleo filosófico después de la ducha
el café frío el cigarrillo amargo el Cieno Verde
en el Montecarlo
sigue apta para todos la vida perdurable
intacta la estupidez de las nubes
intacta la obscenidad de los geranios
intacta la vergüenza del ajo
los gorrioncitos cagándose divinamente en pleno cielo
de abril
Mandrake criando conejos en algún círculo
del infierno
y siempre la patita de cangrejo atrapada
en la trampa del ser
o del no ser
o de no quiero esto sino lo otro
tú sabes
esas cosas que nos suceden
y que deben olvidarse para que existan
verbigracia la mano con alas
y sin mano
la historia del canguro -aquella de la bolsa o la vida-
o la del capitán encerrado en la botella
para siempre vacía
y el vientre vacío pero con alas
y sin vientre
tú sabes
la pasión la obsesión
la poesía la prosa
el sexo el éxito
o viceversa
el vacío congénito
el huevecillo moteado
entre millones y millones de huevecillos moteados
tú y yo
you and me
toi et moi
tea for two en la inmensidad del silencio
en el mar intemporal
en el horizonte de la historia
porque ácido ribonucleico somos
pero ácido ribonucleico enamorado siempre
Nadie nos dice
Nadie nos dice cómo
voltear la cara contra la pared
y
morirnos sencillamente
así como lo hicieron el gato
o el perro de la casa
o el elefante
que caminó en pos de su agonía
como quien va
a una impostergable ceremonia
batiendo orejas
al compás
del cadencioso resuello
de su trompa
sólo en el reino animal
hay ejemplares de tal
comportamiento
cambiar el paso
acercarse
y oler lo ya vivido
y dar la vuelta
sencillamente
dar la vuelta
Nadie sabe mis cosas
1
a ti capaz de desaparecer
de ser atormentado por el fuego
luminoso opaco ruin divino
a ti
fantasma de cada hora
mil veces muerto recién nacido siempre
a ti capaz de hacer girar la llave
de inventar el sol en un cuarto vacío
a ti ahogado en un océano de semejanza
náufrago de cada mañana
esclavo propietario de zapatos periódicos
algunos libros
tal vez padre o hijo
guardián de resecos jardines de aves de paso
a ti
observador de la tarde
infatigable lector del reloj del sueño
de la fatiga del tedio de la esposa
a nadie sino a ti
2
(cualquier hora
en una hoguera extinguida
esa mujer sacrificada
cerraba los ojos y nos negaba la dicha de su agonía
3
y un perro una gota de lluvia una familia de paseo
como en un cuadro entraban para siempre en la memoria
una vuelta de tuerca y otra y otra un peldaño que cruje
siempre a la misma altura de la oscuridad
la dicha puede ser este brebaje oscuro el neón de las cinco
de la tarde la más esplendorosa verdad
así casi ciegos encontrando generosa como nadie la miseria
cruzando el muro invisibles
manos tan pálidas no han existido jamás en otras manos
ni tanto calor en tanto frío ni ojos tan llenos de otros
ojos contemplaron la tarde
y frente al mar negra ruina y portentosos círculos de
bruma
rodeándonos
y el rojo lengua río perro mosca y la tarde la reina de
desnudos
malvados brazos en su balcón de ceniza
4
(noche y descontento)
pitada cruel canción de ciego
la noche comienza a respirar
todo se aleja
todo se pierde
cárcel cine amarilla luna de farmacia
a las ocho a las nueve a las diez
convertido en un fantasma cruel besas a mil mujeres
acaricias sus senos para los otros
me das asco
y es esta náusea lo mejor de mi vida
5
(conversaciones insidiosas)
alguien dice tu nombre
-es un libro interesante y habla de un héroe
anónimo por cierto
hay una estrella azul al fondo de mi vaso
inagotable estrella
debe brillar en tus ojos cada vez que la miro
cómo debes reír para los otros
tú cordero disfrazado de cordero
tú lobo a solas
tú atrozmente niño
-los bellos pensamientos señores
no ocultan el perfume de la carne
hemos de transpirar en los museos como bestias
sumisas bestias en su rincón de terciopelo
-Picasso por ejemplo...
6
( tell me the truth)
dime
¿durará este asombro?
¿esta letra carnal
loco círculo de dolor atado al labio
esta diaria catástrofe
esta maloliente dorada callejuela sin comienzo ni fin
este mercado donde la muerte enjoya las esquinas
con plata corrompida y estériles estrellas?
7
hila su imposible claridad nuevamente la envenenada
sonrisa solar
¿sientes el divino salivazo sobre la bestia sientes el
hedor de la rosa sientes mi corazón sobre el tuyo?
más tarde será tarde cuando la
nuevamente tus labios tus ojos las ruinas de tus caricias
el mar de mi pecho
la
nadie sabe de mis cosas
8
(pobres matemáticas)
cuando nada quede de ti y de mí
habrá agua y sol
y un día que abra las puertas más secretas
más oscuras más tristes
y ventanas vivas como grandes ojos
despiertos sobre la dicha
y no habrá sido en vano que tú y yo
sólo hayamos pensado lo que otros hacen
porque alguien tiene que pensar la vida